PRODUCCIÓN SUSTENTABLE: CULMINÓ LA PRIMERA EXPERIENCIA CHAQUEÑA DE SIEMBRA Y COSECHA DE ALGODÓN AGROECOLÓGICO

El Ministerio de Producción, Industria y Empleo acompañó a lo largo de este año la primera experiencia provincial de siembra y cosecha comunitaria de algodón agroecológico sin utilización de elementos químicos.

La experiencia se inició en agosto de 2019 y se intensificó a partir de abril de este año, todo en el marco de la difusión del Componente-2 de Inversiones Productivas del Proyecto de Inclusión Socio-Económica en Áreas Rurales (Pisear) que impulsa el Gobierno nacional y que tuvo, en este caso, participación de la Fundación Ramón Carrillo.

El proceso se realizó cumpliendo con las medidas de distanciamiento y cuidados establecidos en el protocolo de emergencia sanitaria en el marco de la presente pandemia de Covid 19. En lo que hace a los resultados, en abril pasado se completaron dos pasadas completas de recolección con lo que fueron obtenidos 200 kilogramos de algodón en bruto.

Las acciones estuvieron a cargo de técnicos de la Subsecretaría de Agricultura, área que funciona bajo la órbita del Ministerio de Producción, y se desarrollaron con el objetivo es avanzar en una producción social indispensable para el desarrollo sustentable de la región haciéndolo, además, sin contaminar el suelo y fomentando la generación de empleo en el segmento agrario e industrial.

En este ensayo se avanzó con la siembra y cosecha sin la utilización de biocidas en un sistema agroecológico de policultivos en el que todo el proceso se realizó en la provincia, con actores locales, y la agregación de valor en origen, de manera equitativa y consensuada.

Como resultado del intercambio de técnicas de control biológico de insectos que tuvo lugar en el marco de esta experiencia productiva, mujeres, jóvenes y adultos del grupo autodenominado “Chacra-Huerta”, sumados a la Fundación Ramón Carrillo, desarrollaron una operatoria que tuvo sus orígenes en Pampa del Indio y que inicialmente fue denominada como Red Nooxonec-Algodón de Frontera.

Posteriormente a la obtención de los 200 kilos de algodón en bruto, se acordó la operatoria de acopio y entrega a la fundación para la incorporación del producto en la cadena corta de valor desarrollada por la Red Nooxonec.

El grupo de trabajo “Chacra-Huerta” que estuvo al frente de esta primera prueba estaba compuesto por dos turnos -mañana y tarde- de seis integrantes cada uno, con mayoría de mujeres.

El ingreso obtenido por la venta del algodón en bruto en esta primera campaña fue utilizado para cubrir gastos operativos e insumos destinados a la producción de alimentos en el predio de la organización, que cuenta con 212 integrantes quienes trabajan en distintas actividades productivas.

Además de la contraparte aplicada como mano de obra financiada por distintos programas sociales, la organización aporta las herramientas y el equipamiento necesario, el galpón de acopio y la gestión organizativa.

Procedimiento y sustentabilidad

El desmote se realizó en la planta ubicada en la Estación Agropecuaria Experimental que el Inta posee en Presidencia Roque Sáenz Peña, donde se recuperó la semilla (variedad Gazuncho-III Inta) necesaria para la campaña entrante.

Además, fue incorporada la fibra obtenida a la red de cadena corta de valor desarrollada junto a otras organizaciones de la agricultura familiar; en tanto que el 20% de la tela producida se destinaría a talleres para la elaboración de indumentaria.

Para la campaña 2020/21 fue planificada la siembra de una hectárea de algodón en el mismo esquema integral sustentable con la implantación en cuatro parcelas escalonadas entre el resto de los policultivos, manteniendo rotaciones que favorezcan la conservación del suelo.

Además se sumarán otras organizaciones de Las Palmas y La Leonesa interesadas en la actividad, con la perspectiva de incrementar de esta manera la superficie de siembra e implementar semilleros de la variedad Gualok-Inta (el algodón marrón), muy requerida en los mercados textiles.

Desde el Ministerio de Producción indicaron que se apunta a multiplicar la experiencia en predios individuales de otros agricultores al tiempo que se proyecta la implementación de sistemas participativos de garantía para dar a los consumidores finales una certificación de origen.

De esta forma, las organizaciones y movimientos sociales conformados por trabajadores desocupados rurales y periurbanos aspiran a desarrollar nuevas formas inclusivas de autosustento e inserción en circuitos solidarios de cadenas cortas de agregado de valor y en los mercados locales.

Así, se podrán desarrollar sistemas de producción y elaboración integrada de alimentos y fibras libres de agrotóxicos que apunten a transcurrir la transición hacia un emprendimiento popular más autónomo y sostenible que también les permita generar ingresos genuinos para la organización.