Organismos de DD.HH. impulsan un ‘siluetazo nacional’ como acción de unidad

“Entre las comisiones, organismos, redes y mesas por la memoria de todo el país coordinamos realizar, este 24 de Marzo, un siluetazo nacional para visibilizar a los desaparecidos de cada zona del país”, contó a Somos Télam, Adriana Taboada, integrante de la Comisión por la Memoria de Zona Norte del Gran Buenos Aires.

El jueves pasado, la Universidad Nacional de General Sarmiento albergó la inauguración de una muestra fotográfica referida al primer “Siluetazo” que se realizó en 1983.

Una muestra que recorre la historia

La muestra reúne las imágenes tomadas por el fotógrafo Guillermo Kexel, durante ese hecho artístico de resistencia a la dictadura militar, en un encuentro que contó con la presencia de la integrante de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, Taty Almeida.

En septiembre de 1983, Kexel, junto a los artistas visuales como Julio Flores y Rodolfo Aguerreberry, llevaron en 1983 a Madres de Plaza de Mayo la propuesta de hacer siluetas a escala humana de los detenidos desaparecidos por la dictadura cívico militar, como forma de representar “la presencia de la ausencia”, evocó el autor de esta muestra en diálogo con Somos Télam.

El 21 de septiembre, las Madres realizaron la tercera Marcha de la Resistencia en Plaza de Mayo, donde presentaron la novedad de la confección de estas siluetas alusivas a los detenidos desaparecidos.

“La idea de producir 30.000 siluetas en papel a tamaño natural, que en un principio parecía absurda e irrealizable, se convirtió en un ritual colectivo y en un hecho profundamente político. Al participar las personas pusieron de manifiesto una voluntad inclaudicable por conseguir Memoria, Verdad y Justicia”, recordó Kexel.

El fotógrafo valoró el acompañamiento de Taty Almeida durante la muestra al considerar que lo llenaba de “orgullo” la presencia de la Madre de Plaza de Mayo “sobre todo en estos momentos tan difíciles que viven los argentinos”

“Nunca está de más volver a recordar la capacidad que tenemos como pueblo para resistir y reinventarnos”, remarcó Kexel.

Para Julio Flores, artista y docente de la Universidad Nacional de las Artes (UNA), uno de los impulsores de esta actividad, recordó que “el siluetazo nació con constantes transformaciones”.

“Las primeras en modificarlo fueron las Madres, y luego se fue actualizando constantemente en las sucesivas manifestaciones”, señaló Flores.

La segunda acción del “Siluetazo” se realizó en adyacencias al Obelisco porteño, el 10 de diciembre de 1983, cuando Raúl Alfonsín asumió como presidente constitucional de Argentina.

Mientras que la tercera y última de estas representaciones —que fue la más masiva de todas–, se concretó el 24 de marzo de 1984, en la primera marcha conmemorativa del golpe de Estado que se llevó a cabo tras la recuperación democrática.

Taboada, quien además es psicóloga y se desempeñó como perita en juicios de lesa humanidad, contó que participó de los tres “Siluetazos” y hasta hoy recuerda el impacto que le provocó encontrarse con una de esas figuras de tamaño natural, y llenarla con información, con nombres y fechas de la desaparición de familiares y amigos, tal como se proponía en la actividad.

“Esa posibilidad de visibilizar y poner el nombre de mis afectos, de mis conocidos, de que estuvieran ahí, es algo que no me lo voy a olvidar nunca más. Para muchos jóvenes, resultó un rito de iniciación porque luego de esa experiencia, empezamos a replicar la acción en nuestros barrios”, recordó Taboada.

La recuperación de las siluetas

Además, reseñó que, en 1994, durante una actividad de la Comisión que integra, César Luis Nieto –fundador de la columna Norte de Montoneros, e hijo de un desaparecido–, retomó la práctica de producir las siluetas y pegatinarlas por las paredes de San Fernando, en la provincia de Buenos Aires.

“Hoy la producción de siluetas se expandió por casi todas las localidades de zona Norte del Gran Buenos Aires como Vicente López, Florida, San Isidro y Tigre. Muchos jóvenes se sumaron a los talleres que durante febrero y marzo realizan siluetas en plazas y centros culturales para la conmemoración de este 24 de Marzo”, añadió.

Una convocatoria virtual

En tanto, los integrantes del colectivo “Historias Desobedientes”, que reúne a familiares de genocidas que repudian el accionar represivo cumplido por sus padres durante la última dictadura, también se sumaron a la convocatoria de los organismos de DD.HH.

En su cuenta de la red social X, los integrantes de este colectivo publicaron que “como acción de militancia virtual para este 24 de Marzo, unámonos para reafirmar nuestro compromiso con la Memoria, la Verdad y la Justicia”.

Además, de sumarse a la realización de siluetas para marchar el domingo, se creó una herramienta en formato digital con el objetivo de “acercar a aquellas personas que no vayan a la marcha o vivan en el exterior y quieran participar sumando una imagen”, explicó.

Ideado por Nicolás Ruarte, miembro de “Historias Desobedientes”, artista digital y director de teatro, la propuesta es sumar a la convocatoria de los organismos una versión digital del siluetazo “adaptada a nuestros tiempos”.

En su cuenta de X explicó el procedimiento: “Usá el filtro diseñado especialmente para esta fecha, llamado “Siluetazo Nacional”, y compartí tu foto en Instagram y Facebook con los hashtag #siluetazonacional, #24demarzo, #Nuncamás”.

Ruarte explicó que no se trata solo de una estrategia para lograr impacto y masividad, sino de “una disputa de sentido frente a los libertarios que llaman a las redes la calle virtual”.

En ese sentido, desde “Historias Desobedientes” sostuvieron que “hay que dar la pelea en ambos frentes, tanto en la calle como en las redes”.

“El Siluetazo’ me marcó muchísimo durante mi adolescencia. Yo pasaba frente a la exEsma y me interpelaba ver las siluetas pegadas en las rejas. Me inquietaba por mi condición de nieto de milicos genocidas”, indicó.

Ruarte es nieto de dos genocidas. Sus abuelos fueron condenados en varias causas por delitos de lesa humanidad. Al morir uno de ellos, se alejó de su familia. “No soportaba el silencio”, concluyó.

Somos Télam