Trenes de larga distancia: Gobierno busca aumentar hasta 1.000% los pasajes y analiza suspender servicios

En enero de este año, en plena temporada alta de verano, un pasaje en tren de larga distancia entre Retiro y Junín (254 kilómetros de distancia) costaba $2456, lo que valía en ese entonces un paquete de 10 pañales descartables. Situación similar se daba en el tramo más requerido del verano, el que une a Constitución con Mar del Plata, cuyo valor por el viaje era de $3915, el equivalente a un kilo de carne picada común. Las interminables colas para acceder a esos boletos, que se esfumaban en minutos, eran una constante en la previa de cada temporada.

El Gobierno entiende que este nivel de subsidio, que calculan en prácticamente un 100% del costo real de cada viaje, es la causal de los descuidos que encontraron en las vías de los trenes y en el material rodante, de lo que dan cuenta las auditorías ordenadas sobre la Comisión Nacional Reguladora del Transporte y otros organismos intervinientes.

Encontraron problemas en la fiscalización de unidades, “ausencia de verificaciones por parte de los inspectores sobre las medidas que la empresa dice haber adoptado en relación con un accidente” e inexistencia de un cronograma para el mantenimiento de los calibres y plantillas, entre otras deficiencias.

Se ordenó una auditoría técnica particular sobre el estado de las vías de los trenes. Una de las líneas que genera más preocupación es la que une a Buenos Aires con Palmira, en Mendoza. Por los hallazgos hasta el momento, no se descarta una interrupción en el servicio.

Por estos motivos es que la Secretaría de Transporte se dispone a hacer una recomposición de valores para acercar el precio de los pasajes a los de un colectivo de larga distancia, teniendo en cuenta el servicio que se presta y el tiempo que tardan ambos transportes. La propuesta, que ya está diagramada, deberá pasar el filtro de audiencias públicas, aunque no alcanzará a reducir todos los subsidios económicos que tienen los boletos.

De acuerdo a la información a la que accedió LA NACION, el pasaje a Mar del Plata pasaría a costar unos $30.000, lo que significaría un aumento acumulado cercano al 1000% respecto del precio de agosto, que en el Gobierno toman como referencia porque fue el momento en el que Sergio Massa dispuso el congelamiento de estas tarifas.

Así se aproximaría al valor de un boleto en colectivo, que ronda actualmente los $37000. Los precios a otros destinos evolucionarían de la siguiente manera, entre el precio de agosto y el que se implementaría, de aprobarse, en mayo:

A Pinamar: de $2333 a $25.500, un incremento en el período de 980%.
A Junín: de $1690 a $11.600, una suba de 580%.
A Palmira (Mendoza): de $6995 a $20.200, aumento de 190%.
A Tucumán: de $5199 a $21.000, suba de 305%.
A Córdoba: de $3152 a $20.000, suba de 525%.
A Rosario: de $2137 a $11500, suba de 435%.
A Pehuajó: de $2450 a $18.500, suba de 650%.

Consideran que otra de las causas del mal servicio es el peso del presupuesto en personal. Además de cargos gerenciales duplicados, con salarios que llegan a los $6 millones, fuentes oficiales destacaron que consideran que hay una sobrepoblación de empleados en las empresas del rubro ferroviario del Estado.

El mundo de Ferrocarriles Argentinos contiene a 30.092 trabajadores y la firma más grande, a operadora Ofseo, a 23.800, convirtiéndose en la empresa – pública y privada – con mayor cantidad empleados en el país. El Gobierno busca reducirla en un 30%, para lo que inició retiros voluntarios.

La Nación