Avanza el Museo de Moncho Otazo: “Su legado es imborrable, ha quedado tallado en nosotros”, afirmó Rivarola

La profesora e integrante de la Asociación Moncho Otazo, Irma Rivarola, dio detalles a radio La Red sobre el avance de la construcción del museo del reconocido explorador saenzpeñense en el marco del décimo aniversario de su muerte, que se conmemora este 12 de junio, e hizo un repaso por su vasto legado sobre la ciencia y la naturaleza.

Destacó además el papel de la magister María Gloria Colaneri, el “alma mater del museo porque sabe de qué habla”. “Fue Mariela Valenzuela, la directora de Museos, la que la contactó cuando se empezó a hacer el inventario y los primeros pasos, Mariela se dio cuenta que necesitamos una persona que entendiera del tema, además porque hay material muy delicado y que tiene que ver con la ciencia; hay material de arqueología, material de ciencias naturales, por eso necesitamos gente experta en esto y María Gloria trajo su equipo de gente de la Universidad de Tucumán y se trabajó mucho”, relató.

“Había cerca de 300 frascos con fluidos, con distintos especímenes y eso hubo que trabajarlo mucho porque con el paso del tiempo esos frascos ya se habían quedado sin líquido o con poco líquido, algunos estaban con formol que ya no se usa porque es muy tóxico y hubo que empezar de cero. Las investigadoras trabajaron también con las piezas arqueológicas, de manera que quedó todo preparado para cuando se inaugure el museo”, destacó Rivarola

Si bien señaló que falta mucho para que sea inaugurado al público, indicó que “se está haciendo la primera etapa de construcción del museo y ahí ya vamos a tener espacio para colocar el material de forma más segura, sin humedad y demás. Por ahora, lo estamos preservando”.

El legado de Moncho Otazo

Al cumplirse un nuevo aniversario de la muerte del reconocido personaje saenzpeñense, Rivarola expresó: “Para nosotros sigue estando muy presente, primero porque estamos rodeados de sus cosas acá, pero además por las enseñanzas que nos ha dejado, por la mirada sobre el medio ambiente, sobre la naturaleza, sobre el cuidado de las distintas especies y demás. Eso es imborrable, ha quedado tallado en nosotros”, aseguró.

En esa línea, recordó que “él continuamente estaba recorriendo colegios o tenía visitas de distintas instituciones y estaba muy presente en ese sentido. Además que comunicaba a través de la prensa lo que estaba haciendo, si comenzaba una expedición o qué había logrado y qué había encontrado cuando volvía de las expediciones”. “Esa va a ser también la importancia del museo, estamos hablando no solamente de lo valioso del legado que ha dejado, que tiene que ver no solamente con las piezas arqueológicas y ciencias naturales sino con el material para futuras películas. El libro, el archivo fotográfico, una biblioteca importante también. Es muchísimo”, remarcó.

Sobre su trabajo, la profesora detalló que “Moncho hizo 64 expediciones, comenzó desde muy joven. Él tuvo otras actividades, que cuenta en su libro, fue boxeador de muy joven a los 20 años; se trasladó a Buenos Aires. Hizo parte de su experiencia como boxeador en el Club Huracán y también peleó en el Luna Park. Después, él mismo cuenta que empezó a ver cosas que no le gustaban en el boxeo y se alejó de esa actividad”, recordó.

“Tuvo otras actividades, era fotógrafo de eventos sociales, hacía trabajos de taxidermia. Había trabajado ya mucho más chico antes de ir a Buenos Aires, en lo que era en la tienda La Capital. Hasta que después de esa etapa de boxeo, inicia su actividad como expedicionario. Él cuenta que a cada lugar que iba a pelear, cuando terminaba, se iba a algún ambiente natural o lugares rurales. Le gustaba explorar y estar en contacto con la naturaleza”, expuso Rivarola y resaltó que “eso es lo que hizo después, dio un giro total de su vida de dedicarse solamente a hacer expediciones”.

En esa nueva etapa, cuenta Rivarola, “al principio, iba lo más natural posible y con elementos muy precarios, apenas una máquina de fotos, cuaderno, lápiz y demás para documentar. El libro de Moncho ‘Operativo Chaco-Gualamba’ tiene que ver con el nombre de esa primera expedición. Después por tierra, solamente con una mochila, atravesó tres veces El impenetrable”.

La coordinadora del futuro Museo del expedicionario, también apuntó que para Moncho “la vinculación con la gente era muy importante. El contacto con los lugareños, tanto criollos como aborígenes, el cuidado que ponía y el respeto que tenía por la gente del lugar. Aprendía de ellos”.

Asimismo, valoraba la difusión de su trabajo y hacía hincapié en “despertar la conciencia en la gente del valor que tiene cada planta, cada animal, que es muy valioso el espacio rural; tratar de que se lo vea de otra manera, no solamente como fuente de producción económica sino como un patrimonio natural y cultural”.

La Red Noticias