A 100 años de la Masacre de Napalpí, Milei reivindica esa política

Por Rodolfo Schwartz*

Se había expresado en él, la crueldad con que la casta de las minorías oligárquicas venían apoderándose de sus tierras, con el brazo armado del Estado que los representaba, como pilar fundamental del mismo, junto con la estructura Judicial que los justifica y legaliza. Se consolidaba así, la estructura terrateniente que perdura hasta nuestros días y es una de las causas fundamentales de las crisis que sufrimos y hoy nos sumerge cada vez más.

No puede ser de otra manera, si Milei reivindica la política genocida del general Julio A. Roca con la “Campaña del Desierto”, para despojar a sangre y fuego de los territorios originarios y entregárselas a las minorías, como se expresó en el diario La Prensa de 1878, donde decía: “La conquista es santa; porque el conquistador es el Bien y el conquistado el Mal. Siendo Santa la conquista de la pampa, carguémosle a ella los gastos que demanda, ejercitando el derecho legítimo del conquistador”, y destacaba que entre “los hacendados y comerciantes más distinguidos… El gobierno nacional ha vendido al señor Martínez de Hoz, mil leguas (2.500.000 hectáreas) de la tierra que va a conquistarse, una vez trasladada la línea de frontera“.

Esas minorías conformaron este Estado para ponerlo a su servicio. Triunfaron sus ideas de un país agroexportador, que compre a quien nos compra esos productos primarios, creando relaciones de dependencia.

Fueron históricamente derrotados los patriotas de las luchas libertarias como San Martín, que terminó en el exilio, Belgrano en la mayor pobreza y Moreno asesinado en altamar. Quedó signada así desde el inicio y con las luchas posteriores, nuestro desarrollo de nación atrasada y dependiente de las potencias que se disputan el mundo, sólo sacudida por los primeros gobiernos peronistas, con concesiones a las luchas obreras y populares que crecían en el mundo y en la Argentina. Estructura de país y Estado que deberá ser cambiada con un cambio real y revolucionario.

Hoy, pasa por impedir el avance de esta política, de la aplicación del DNU y la Ley Bases, que violan absolutamente la Constitución Nacional en el punto clave de la concentración de poderes, la entrega vil de nuestros recursos al extranjero y sus socios nativos y la quita de derechos conquistados en 200 años.

Quieren voltear la Ley 26.160 que defiende los territorios originarios con posesión comunitaria preexistente, quieren avanzar en nuevos despojos, como hoy están impulsando en Misiones, para el avance de los monopolios como Arauco.

Quieren ir para atrás en más de 100 años de historia, pero no tienen en cuenta la rebeldía, el protagonismo y experiencia de grandes luchas y reservas patrióticas de nuestro pueblo, que más de una vez hizo tronar el escarmiento y lo volverá a hacer, cuando termine de descubrir que una vez más han sido engañados, llevados a grandes sufrimientos y sacrificios para beneficiar a la verdadera casta.

Desde abajo habrá que impulsar la unidad multisectorial de los castigados por la crisis, tomar el protagonismo que corresponde, sacar a empujones del aturdimiento que tienen algunos dirigentes que sólo ven la disputa interna para las elecciones del año que viene y enfrentar con dignidad y firmeza, este cambio que es para peor.

Lamentamos que el gobernador Zdero haya firmado ese Pacto de Refundición de la Argentina. No puede aprobar esta política que nos quita lo que nos corresponde legalmente, para recibir algunos garbanzos, chantajeado para que vergonzosamente se apruebe una Ley Bases, ajustadora, antifederal y entreguista.

A 100 años de la Masacre, en un momento donde desde la Presidencia arrecian los discursos de odio, revanchismo y estigmatización, la actitud en primer lugar, es reivindicar el Juicio por la Verdad y la Justicia de la Masacre de Napalpí.

Pero para que no quede sólo en palabras y fotos, la reparación histórica significa dar respuestas concretas a los Pueblos Originarios, para que no siga avanzando el hambre y la tuberculosis, para recuperar tierra y territorio, trabajo, producción, salud y educación, como para el conjunto del pueblo, con el desarrollo de la industria nacional, las pymes y pequeños productores y comerciantes y la defensa soberana de nuestros recursos.

En ese rumbo estamos y llamamos a compartirlo a los argentinos y chaqueños de bien, que son los que quieren el bien para la mayoría y no para las castas de poderosas minorías que se adueñaron de las luchas libertarias de Argentina y hoy impulsan este eje, con políticos que son traidores a la patria.

15 de Julio 2024

(*) Diputado Provincial
Bloque Partido del Trabajo y del Pueblo/Partido Comunista Revolucionario
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