“El chipá es de Itatí: hay un registro de 1528, de una expedición de Sebastián Gaboto”

Trabajó en restauraciones patrimoniales y proyectos ambientales, participando en eventos internacionales en Dinamarca y Copenhague. Actualmente promueve actividades culturales y educativas en el Centro Cultural Fray Nepomuceno Alegre de Itatí. Pero además de su carrera profesional, Aquino disfruta de la cocina. Y hace poco fue noticia internacional al revelar que tiene documentación que acredita que el chipá nació en Itatí, su pueblo. Para ella, las comunidades deben estar orgullosas de sus orígenes y de su historia gastronómica. ¿Quién es María Griselda Aquino? Primero soy una itateña orgullosa. Amo el lugar donde nací y mi vida está centrada en todas las cosas que hago, siempre pensando en Itatí. Lo que mejor he tratado de hacer en mi vida fue mi familia. Soy casada y tengo seis hijos más cuatro nietos. El dato concreto está en este libro y el cronista se refiere a la expedición de Gaboto a Itatí y dice: “Nos trajeron muchos bastimentos, calabazas, raíces de mandioca y panes hechos de harinas y raíces de mandioca, muy buenos”. Además, dice: “El cronista parece referirse al típico chipá de la región guaraní y el nombre guaraní original de mandioca es mandió”. Esto era para la conferencia Sabores y Saberes y cuando lo comenté en Caá Catí se lo compartí a algunos amigos. Lo mío era hacer un aporte, poner un poco de condimento a una Feria que siempre, para mí es la mejor de Corrientes. Con Caá Catí tenemos que lograr que esta nueva generación que viene casi sin leer, retome el hábito de la lectura. No es sencillo y tiene que ser cada uno desde lo que le guste. Por ejemplo, a mí me gusta mucho la cocina y me pareció bueno acoplarme a este trabajo que hacían mis dos amigas. El proyecto se llama “Itatí, nadie ama lo que no conoce”. Nosotros vemos que hay un gran porcentaje de la población de Itatí que desconoce su propia historia, la historia de ese pueblo que es enorme. Yo siempre digo que estamos sobre una mina de oro no explotada. Ahí están acoplados los sabores de Itatí. Después una planimetría del casco histórico de Itatí. Contenidos históricos. Esto con ayuda profesional y después ilustraciones de Aníssima que es artista plástica, dibuja, hace esculturas, etc. Trabajamos pre-pandemia, en pandemia, y después. Somos un equipo grande con artistas, profesionales y docentes. Estamos haciendo visitas guiadas con algunos municipios con fechas pre-acordadas, lo hacemos en Casa Alegre hasta que el gobernador Gustavo Valdés decida la inauguración de ese lugar. Pero mientras lo estamos haciendo como ensayo. Ese es el escenario donde las agrupaciones folclóricas de Itatí utilizan para ensayar en el escenario. Es un trabajo de hormiga, que cuesta, pero que lo estamos sacando adelante y que todo tiene que ver con todo. En ese sentido, estamos a full trabajando para que Itatí despegue y, como yo siempre digo, Itatí tiene mucho para desarrollarse y yo creo que sin dudas el camino de la cultura, el de la comida, la gastronomía y los emprendedores. Cocineros del Iberá han hecho un gran trabajo en revalorizar los platos. Yo creo que tenemos que sentir orgullo por el plato. No hay una receta única. Por ejemplo, yo hablaba con los chicos de mi curso el otro día y me decían “no, pero en mi casa le ponen 250 gramos de queso al chipá, en mi casa 300, acá medio kilo”. Y la realidad es que uno le pone lo que tiene, de acuerdo a lo que dispone. Y en el campo se tenía el almacén a la mano, la cuajada de la leche, el almidón se procesaba y se hacía en el lugar. Y por eso muchas de las cosas que escribí vienen del corazón. Cuando uno hace las cosas con el corazón, de emoción, porque siente orgullo por su origen, por lo que es y por lo que además puede desarrollar, yo creo que está todo dicho. Hay que colaborar y por ahí lo que necesitábamos, que lo hablábamos el otro día con el secretario de Cultura de Itatí y un grupo de personas que estábamos organizando algunas cosas, es que hay que capacitar a la gente en el modo de la presentación, en cómo se expone, qué cosas podemos copiar de Cocineros de Iberá en el buen sentido. Por ejemplo, nosotros recibimos cinco europeos en Casa Alegre. Cuando nos visitaron, no teníamos para ofrecerles la comida típica ahí en el lugar porque todavía no tenemos todas las cosas como para hacerla. Pero lo primero que nos preguntan es por las comidas típicas. Ellos no vienen a comer algo que pueden comer en su lugar. Ellos quieren comer el guiso, quieren comer el chipá, quieren comer el chipá so’o. Lo que tiene Itatí como ventaja sobre algunos pueblos es que no necesita marketing. Tenemos tres millones de personas al año yendo a Itatí. El tema es que se quedan una hora y se van a comer al Paso, a comer a Corrientes. Nosotros necesitamos retener, dotar de infraestructura y una serie de cosas. El Litoral